Pronto en Bahía Utópica: La producción pictórica más reciente de LOBSANG DURNEY llega a Valparaíso.
Conversamos con el artista como un adelanto de su próxima muestra.
• Cuéntanos acerca de tu experiencia estos tres años viviendo en Barcelona.
«Fue una experiencia increíble. Desde que estuve allá haciendo mi práctica en arquitectura que me había prometido volver. Eso fue ya hace muchos años, recién comenzando el siglo. Esta vez mi intención era distinta: estaba decidido a tomar Barcelona como un gran taller artístico que contribuyera a mi desarrollo profesional. Y justamente así fue: Barcelona es una gran ciudad que permite dedicarte a lo que te gusta tranquilamente, con un buen ambiente social y material. Yo lo recomiendo mucho. Eso sí, me tocó vivir allá la pandemia, pero yo diría que eso nos hizo bien como artistas. Porque, según yo, las personas comenzaron a valorar más sus espacios y muros al estar más en sus casas, y en consecuencia, las obras que estuvieran colgadas en ellos.»
▪︎ Sobre tu exposición «Vehicultura», cómo se gestó?
«Cuando expuse en Francia, me contactó un coleccionista de autos y arte ¡Vaya mezcla! Gracias a eso, se gestó “Vehicultura”. Pienso que yo era el artista más indicado para llevar ambas temáticas a una pintura surrealista y diferente. Lo que propuse fue tomar estos medios de transporte con las mismas intenciones visuales que me caracterizan, relacionándolos con habitares precarios y creando híbridos entre autos y arquitecturas imposibles, y siempre con una cierta semejanza con Valparaíso.»
• Cuéntanos sobre la Art Fair Distrito 13.
«Distrito 13 es una gran feria de arte urbano en Paris. Si bien el Street art es una de sus principales temáticas, yo creo que va más allá de eso. El nivel gráfico es muy alto y participan artistas super destacados. Fue un honor participar dos años seguidos, el último con mi presencia in situ. En esta ocasión, me invitaron a pintar un mural, invitación que obviamente acepté con mucho gusto. Me llamó mucho la atención el interés de los visitantes por lo que exponíamos y hacíamos, incluso entablamos diálogos interesantes con los asistentes y otros artistas presentes. Fue toda una experiencia enriquecedora en lo personal.»
• Cómo es la situación del arte y los artistas en donde estuviste, Francia y España?
«No vi mucha diferencia con la realidad chilena. En todos lados hay coleccionistas y amantes del arte. Ya sea en Chile o en Europa, lo que hace que te pueda ir bien es simplemente trabajar duro y saber dedicarte a lo que te gusta. La gran diferencia por supuesto estaría en la gran cantidad de actividades y ocasiones de mostrar tu arte en una oferta cultural envidiable y muy bien organizadas. Aparte que muchos artistas allá tienen acceso a grandes museos y galerías que están a la vanguardia del quehacer cultural internacional.»
• En qué área estás trabajando ahora para tu próxima exposición en Valparaíso?
«Yo creo que el arte es expandir el mundo agregando nuevos continentes a la imaginación. Actualmente estoy trabajando en muchas obras que diseñé, pensé y avancé estando en Barcelona tomando diferentes temas. Esta será una exposición cuya génesis se dio en Europa, pero con la misma intencionalidad de nunca abandonar Valparaíso, es decir, con la disponibilidad universal para retratar esta ciudad. Creo que todo lo que quiera pintar, ya sea objeto, animal o cosa (parece bachillerato), se puede «Valporizar», es decir, cargarlo con el simbolismo arquitectónico de nuestra querida ciudad puerto y transfigurar su lugar común del que todos tenemos un característico prejuicio visual, aunque sea leve. Siempre estará a modo de ejemplo el ondulado 48 tan típico como revestimiento de sus casas arracimadas, que es ya un arquetipo de todas mis construcciones.»
• Te consideras un «alburero», en el sentido de los juegos que haces con las palabras y las imágenes?
«Totalmente, pero nunca sé muy bien qué aparece primero, la palabra o la imagen. Recuerdo que cuando nos mandaban a croquear como estudiantes de arquitectura, nos pedían hacer una infinidad de dibujos pero que siempre asociándolo a una observación. Había que inventarse una especie de poesía, o más simple, una explicación del por qué se graficaba tal cosa. De ahí era más simple obtener un concepto y de este pasar a la abstracción para generar un proyecto. Algo así me gusta hacer con mis pinturas. La antipoesía manda la pintura, dice visualmente. El lenguaje crea realidad, pero en este caso, surrealismo.»
• Cuéntanos respecto al reciclaje fotográfico que haces con el arte urbano de Valparaíso para incluirlo en tus pinturas.
«Creo que es parte inherente de mi trabajo poder hacerlo. Valparaíso no sería el mismo sin su arte urbano, aunque hay varios no bien ubicados, por decir lo menos. Lo tomo como una especie de auto vandalización de mi pintura. Esta no puede quedar tan limpia (o ser tan cuqui como decían en España), me gusta que tenga algo de bella fealdad. Lo rayado, rayarse quiere.»
Créditos: Obra en proceso.
«La reencarnación de la pintura»
Acrílico sobre lienzo,
92 x 65 cm (2023)